Aconcagua despertó
19 de Octubre
Matias Gonzalez Sagredo
San Felipe se considera un lugar tranquilo, los vecinos mantienen buena comunicación a través de redes vecinales y sociales, las manifestaciones y protestas corresponden a grupos muy reducidos detractores del alcalde, quien no da mayor importancia a lo que se diga en su contra.
Las noticias provenientes de Santiago muestran violencia policial, saqueos, manifestaciones violentas, llevando a gente a preguntarse si podrá siguiendo trabajando en la capital pero no se sabe si la gente de San Felipe se manifestará.
En los grupos de compraventa aparecen dos afiches que llaman a una marcha improvisada teniendo como puntos de encuentro la plaza de armas y el club de tenis, ubicado en la alameda Yungay. se llama a un cacerolazo masivo y una marcha para exigir las propias demandas de la zona, el robo de agua por monocultivos de paltos y la falta para alimentar al ganado, el desempleo, como también se suman demandas nacionales como pensiones dignas aumento del sueldo mínimo.
Se programa el inicio a las ocho de la tarde en la plaza de armas para después recorrer las cuatro alamedas y volver nuevamente a la plaza, históricamente las manifestaciones en la zona, correspondiendo a pequeñas expresiones artísticas y marchas menores a 100 personas por lo que las expectativas no son muchas al momento de manifestarse.
Sin embargo al llegar a los puntos de encuentro hay sorpresa por la cantidad de personas como también se encuentran con compañerxs, vecinxs y amigxs o considerando las dimensiones de la marcha que está por realizarse.
Se llama por altoparlantes a seguir las banderas blancas que delimitan las rutas , las cacerolas comienzan a golpear, seguidas por pitidos y gritos de consignas "Piñera entiende el Agua no se vende"", el pueblo unido jamás será vencido", "no es sequía, es SAQUEO", "el pueblo salió a la calle pidiendo dignidad".
Seguido de esto se pueden observar pancartas y encapuchados cubiertos con pañoletas mostrando solo sus ojos, también hay unos pocos con máscaras de la casa de papel y Guy Fawkes, la gran mayoría está con el rostro descubierto son vecinos cansados de la injusticia de los problemas constantes, la quiebra de empresas que entregan trabajo y las condiciones más precarias de la ciudad, el miedo a perder el agua.
Se puede percibir el enojo, el cansancio la dependencia y ninguneo de parte de la capital como también la dependencia, hay jóvenes que han llegado desde Santiago y Valparaíso apoyando a su familia que vive en la zona mientras ellos estudian fuera de sus casas, estudiantes van con uniformes de sus colegios dispuestos a expresar su descontento.
Al llegar a alameda o'higgins en el sector sur del centro se disminuyó el paso por el temor a la posible reacción de carabineros, llamando la atención la oscuridad de la comisaría al momento de pasar por la vereda de enfrente, la multitud comenzó a gritar pacos culiaos, cobardes, asesinos, cafiches. tensando el ambiente; En una de las esquinas se podía observar un pequeño grupo que portaba escudos, sin embargo era difícil de creer que tan pocos efectivos estuviesen en ese momento, la gente comentaba que lo mas seguro es que habían mandado a casi todos a santiago y habían dejado una guardia de turno en la comisaría.
La tensión se rompió con una patrulla que apareció tocando sirenas y dirigiéndose directamente contra algunos manifestantes que se habían separado del grupo para continuar con los primeros disparos, la multitud comenzó a huir en dirección a la plaza corriendo lo más rápido posible para evitar el efecto de las bombas lacrimógenas internándose tres cuadras con dirección al centro.
Algunos grupos se empezaron a agrupar para evitar detenciones como también creando sensaciones de seguridad la cual duró solo otros instantes.¡Guanaco!, ¡estos culiados trajeron el guanaco! de manera ritual el grito volvió a desencadenar un frenesí de desesperación evitando estar cerca del vehículo que perseguía a la gente, algunos de los vecinos del sector abrieron las puertas de sus casa e hicieron pasar a algunos que no podían mantener la marcha. Se escuchaban gritos y golpes en el exterior. Los mismos vecinos no entendían como carabineros actuaba y aprovechaban de informar que había toque de queda a partir de las once quedando tan solo media hora.
Al dirigirme a mi hogar observe algunas barricadas y nuevamente vi al guanaco que cambiaba su rumbo a la plaza de armas, caminamos en grupo con personas preguntando si vivían cerca para estar agrupados. Los teléfonos sonaban informando del toque de queda es escuchaban pequeñas explosiones a lo lejos y la sirena del cuerpo de bomberos.
Sin embargo a pesar de los nervios nos preguntamos si mañana había marcha porque queríamos seguir al parecer no éramos los únicos, en redes sociales se preguntaba en los grupos de compraventa si se iba a marchar al día siguiente para, dar cara la gente estaba perdiendo el miedo y el valle de Aconcagua estaba saliendo de su letargo, estaba despertando.
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