De Baquedano a Puente Alto
Por Vicente Díaz
Todo comenzó el día viernes 18 de octubre de 2019 donde inicio con fuerza la gran revuelta.
En aquel día yo me encontraba en la universidad Alberto Hurtado junto con algunos compañeros de carrera, al salir de la universidad por cien fuegos nos percatamos de la grandísima concurrencia de personas que se encontraba por la alameda. Nunca antes la habíamos visto así. Al avanzar por la alameda en dirección hacia parque San Borja para reunirnos con una amiga, nos dimos cuenta que la gente encontraba furiosa, bastante exaltada, estas personas comenzaron a caminar por la calle en contra del tránsito esquivando los autos que venían, al continuar nuestro camino, la gente formó una marcha improvisada.
Al llegar a la Moneda salió un vehículo blindado a dispersar a la gente con agua y gases lacrimógenos, nosotros corriendo seguimos avanzando perdiéndose en el camino algunos compañeros. Ya encontrándonos en Santa Lucia observamos cómo se formaban barricadas y el transito dejaba de pasar, ahí fue donde carabineros en la Biblioteca Nacional lanzó al menos 4 lacrimógenas a distintos sectores, llegando una de ellas al lado de nosotros, con toda la picazón y el ahogo de por medio corrimos hacia Católica, una vez allá nos juntamos con nuestra amiga y una amiga de ella, finalmente logramos encontrar a nuestros compañeros perdidos en Moneda y todos juntos observamos una increíble postal en el GAM que en ningún momento de mi vida había presenciado. Todas las líneas del metro cerradas en plena hora punta. Al paso de los minutos el fuego se apoderaba de la Alameda divisando barricadas en cada esquina junto a los carabineros lanzando lacrimógenas por toda la calle. Eran cerca de las 8 P.M y nosotros estábamos preocupados por el cómo volver a casa ya que para ese entonces, mucha gente que salía de sus trabajos se quedó atrapada en el centro y no sabía a donde ir, los trabajadores subían por la Alameda y otros bajaban buscando alguna forma de irse, siendo en vano, ya que todos los servicios estaban cerrados.
En un momento nos fuimos a Baquedano y pasamos por una calle pequeña, al pasar por ahí carabineros lanzo lacrimógenas a esta y se detuvo con un retén, cuando vimos a carabineros bajarse comenzamos a correr al igual que toda la gente que estaba ahí, en ese momento la amiga de nuestra compañera nos dice “cabros por acá” y al llegar a un portón rojo grita “compañero somos de la jota” al decir eso el portón se abrió y entramos, allí dentro me percaté que era la sede del partido comunista la cual era la primera vez que observaba de adentro. Nos dieron asilo y comida. Con el pasar del rato nos dábamos cuenta, por medio de redes sociales, que en todos lados habían protestas y que justamente en la esquina de la sede del PC se incendiaban micros, por lo cual no nos dejaban salir.
Al pensar en cómo irnos a nuestras casas se ubicó la incertidumbre de cómo llegar a Puente Alto, ya que yo y dos compañeros con los que estaba éramos de esa misma comuna. Nos preocupamos ya que ninguna micro del centro a la periferia estaba operativa y nos llegaban imágenes de un edificio incendiándose y los rumores del primer joven asesinado, al no saber que hacer un caballero del PC se nos acercó y nos dijo “chicos yo los cuido”. Al irnos del PC y caminar hasta la casa del señor, nos dimos cuenta de las barricadas y caceroleos en cada esquina, ya exhaustos, llegamos a Grecia y un poco más hasta la casa en la que nos quedaríamos, una vez allí el señor se presentó, su nombre era Pablo y llevaba muchos años en el PC, nos dio café, torta y nos prestó una habitación para que nos quedáramos.
Esa noche nos costó dormirnos ya que no sabíamos con exactitud que pasaba y veíamos muchos videos y fotos de una postal que hace mucho tiempo no se veía “Militares en las calle de Santiago”. Al día siguiente le dimos las gracias a don Pablo por su bondad y ahí nos dijo: “Antes de ser de un partido lo primordial era la solidaridad”.
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Fotos por Vicente Díaz |
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