En la sede del Partido
Por Magdalena Claude
Sábado 19 de octubre a las 15.00 horas se convoca a reunión ampliada del Comité Central en la sede del Partido durante el primer día del Estado de Excepción decretado por el gobierno de Piñera, para entender el contexto de lo que estaba pasando y escuchar las bajadas políticas de la Directiva Nacional. Los más viejos explicaban que esto era el inicio de algo peor, los más jóvenes absortos escuchábamos las medidas de seguridad que de ahora en adelante tendríamos que tomar.
Éramos un grupo aproximado de 40 personas en una pequeña sala, sentados donde podíamos, muchos en el suelo. Allí concurrimos entre representantes y militantes de base, todos y todas sumidas en la incertidumbre con el miedo de lo que significa ser militantes de izquierda en contextos como este. La reunión duró aproximadamente una hora, compartimos impresiones sobre la postura del gobierno y delimitamos las primeras acciones que como partido deberíamos impulsar de ahora en adelante.
Los partidos políticos son instituciones que se rigen bajo una Ley, por tanto, tienen mayor deber de responsabilidad ante situaciones donde se rompe el pacto social. El Comité Central del Partido genera fuertes discusiones para salir con la mayor unidad posible y tomar decisiones responsables en momentos claves como este.
La primera de las posturas platea que no podemos dialogar con los militares y fuerzas de orden oprimiendo a la población que pacíficamente se manifiesta en la calle, otros plantean que es un error negarse al diálogo cuando hay vidas de civiles en riesgo y que debe primar ante todo la apertura al diálogo como principio constitutivo de la democracia.
Terminada la reunión, salimos a manifestarnos en Bilbao con nuestras cacerolas y banderas, tuvimos que correr unas barricadas para que no llegarán las fuerzas de orden frente a la sede del partido. En eso, se generó una discusión en la intersección de Condell con Bilbao con encapuchados vestidos de negro, que buscaban desviar el tránsito para generar un taco de proporciones y que los autos impidieran el paso de fuerzas especiales. Y así, evitar que llegaran a dispersar las grandes barricadas que se producían cerca del Parque Forestal.
Logramos correr las barricadas pero no controlar el tránsito que fue desviado por dicho grupo hacia el norte. Luego de eso, volvimos a nuestro punto de encuentro y estuvimos unos quince minutos manifestándonos tranquilamente en Bilbao con Arzobispo Larraín, desde el oriente se acerca una patrulla de Carabineros que a menos de diez metros se detiene frente al grupo y el copiloto saca por la ventana un arma negra, disparando directo al cuerpo de las personas. No hubo heridos, eran bombas de gas lacrimógeno para dispersarnos, corrimos en conjunto hacia el interior de la sede para resguardarnos aunque adentro el ambiente era peor.
Nos costaba ver y respirar, no teníamos para donde arrancar, estábamos encerrados en un espacio que contradictoriamente siempre fue seguro para reunirnos y siendo víctimas de la represión de las fuerzas de orden solo por salir a tocar cacerolas y gritar en la calle que queríamos un país libre. Una compañera nos roció agua con bicarbonato en el rostro y salimos a la calle nuevamente para poder respirar con tranquilidad.
Entre el humo de las barricadas, los gases lacrimógenos y helicópteros que sobrevolaban Providencia a muy baja altura, divisamos al poniente un camión con militares. Acto seguido, por Seminario con Bilbao se acercan dos tanquetas en dirección al grupo. Algunos curiosos avanzaron en dirección a ellos, otros decidimos refugiarnos en la sede del partido porque la represión estaba fuerte.
Me quedé con una compañera mirando por la ventana que daba hacia Bilbao mientras se escuchan gritos: “vienen los milicos, vienen los milicos”, solo unos pocos se quedaron afuera haciendo flamear un par de banderas. En ese momento vemos que se detiene una de las tanquetas frente a la sede del partido con dos militares armados que nos miraron, apuntaron y pasaron por encima de la acera intimidando a quienes estaban afuera, finalmente se retiraron por Bilbao hacia al oriente. Fue ahí cuando quienes nunca habíamos vivido algo así pensamos, “esto es serio y está recién comenzando”. ![]() |
Foto por Fernando Ramírez |
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