Arte e incendio. Dos situaciones en una plaza


Por Camilo Leiva Jiménez 
Estudiante de Antropología UAH
El movimiento Arte por el Cambio había citado a una manifestación pacífica en la Plaza de Maipú, invitando a llevar pinturas, instrumentos, para lo que sería una manifestación totalmente en paz con micrófono abierto para todos los que quisieran compartir su música con los asistentes. 

Mi hermana me insistió en ir, a pesar de que las noticias que recibíamos sobre el estado de la plaza eran todas negativas. Nuestra sorpresa fue grande al llegar y darnos cuenta que junto al orfeón de la plaza, todo estaba en paz. Un grupo de manifestantes pintaba distintos sectores de la plaza, y como gran logo tenían un retrato de Piñera pintado como si lo hubiesen fusilado y manchado con sangre de  los ausentes, ubicado a un costado del metro que tenía una de sus puertas abiertas, invitando a los curiosos a entrar. 

Retrato de Piñera, Plaza de Maipú, fotografía de Camilo Leiva. 


Recorrimos durante algún rato la plaza, escuchamos el micrófono abierto, y pudimos constatar que todos compartían un poco de su arte para los presentes, algunos con guitarras, otros con instrumentos mapuches que resonaron e hicieron flamear la bandera del pueblo guerrero, única que quedaba entre las banderas estables de la plaza de Maipú. Corrían jugos, botellas con agua, una que otra cerveza, y de vez en cuando se gritaban consignas sobre las peticiones, sobre las luchas. Distintos grupos pintaban afanosamente las escaleras de la plaza, al igual que distintas partes del asfaltado del lugar. El orfeón fue intervenido y pintado de rojo en homenaje a las víctimas de la horrible represión, y en especial en homenaje al liceano maipucino, muerto a manos de militares. 

Reunión de Arte por el Cambio, Plaza de Maipú, Fotografía de Camilo Leiva.


A lo lejos, en la intersección de 5 de abril con Pajaritos, se escuchaba cómo se gritaban consignas, se tocaban pitos y ollas, todo en una calma que invitaba a caminar entre la gente. 

La presencia policial se encontraba totalmente ausente, por lo que los manifestantes podían estar a gusto compartiendo comida, conversando sobre sus historias durante el toque de queda, y sobre cómo soñaban el futuro de Chile tras estas movilizaciones. “Espero que mi hija nunca tenga que salir a manifestarse y se encuentre con la represión que hemos visto” escuché que decía una joven madre con su hija en brazos a otra de la misma edad. Sin embargo, al acercarnos a la plaza, hice notar a mi hermana donde se encontraba un contingente del GOPE listo para reprimir, y en otro lugar, un gran grupo de militares, aunque la gente parecía ignorarlos. 

Manifestantes en 5 de Abril con Pajaritos, fotografía de Camilo Leiva. 

La bandera de las manifestaciones era clara, un rechazo total a los actos de tortura y a las muertes provocadas por las fuerzas de represión. Con mi hermana caminamos entre la multitud, escuchando las voces, a ratos saltando ante el grito de “El que no salta es paco”, a ratos quedándonos quietos para contemplar el ambiente. 

De intruso, invitado por la puerta abierta del metro, decidí entrar, parecía un campo de batalla, vidrios tirados en el piso, las boleterías destruidas por completo. Lo único que se mantenía igual al día de la apertura del metro, que los maipucinos celebramos con gusto, eran los carteles del techo, con fotos históricas de la comuna. Al igual que yo, abajo observábamos el espacio dos o tres curiosos, y un uniformado de fuerzas especiales sin identificación mirándonos amenazante, pero sin decirnos nada. Tres eran las puertas abiertas, el metro estaba abierto por sus tres accesos de siempre, aunque por una sola de las rejas y no en toda su amplitud. 

Revisada la hora, decidimos regresar a casa con mi hermana, en mi mente estaba la imagen del uniformado dentro del metro, al cual no le tomé fotografías por miedo a su posible reacción. 

Volviendo a casa, mirando la televisión nos enteramos de que el metro está en llamas, incrédulos con mi hermana, ya que habíamos estado en la manifestación y no se veían sujetos con objetos incendiarios, ni mucho menos en actitudes violentas. Al revisar las redes, leo en el periódico digital “La Voz de Maipú” el titular: “El mundo de la cultura local acusa que Carabineros quemaron estación de metro Plaza de Maipú” (https://lavozdemaipu.cl/el-mundo-de-la-cultura-local-acusa-que-carabineros-quemaron-estacion-de-metro-plaza-de-maipu/?fbclid=IwAR04H2Gvlf-eKUm4KFFTo-UTr257O4B8vJ7lM96Q7PmsK7M730PATfvVogE). 

Y al indagar encuentro el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=iS_5j0L35Wk  


En el camino, observamos un hermoso mural en homenaje  un estudiante muerto en manos de la represión. Cual jugando a las escondidas de niño termino diciendo: “esto es por ti y por todos mis compañeros”.

Que la verdad se sepa y, sin importar que se me acuse de calumnia, que se sepa que el incendio del metro en Maipú fue un montaje. 


“Porque el rojo”, Mural en calle Olimpo con Rinconada, fotografía Camilo Leiva.

Comentarios