Curicó no es como Santiago

Por: Claudia Espinoza Durán.
Estudiante de Antropología UAH.
Lunes 21 de octubre.
Curicó, Región del Maule.

Se cumple el cuarto día desde el estallido social en Chile. A pesar de que Curicó no está en estado de emergencia, ni estado de excepción, la movilización ha sido continua. “Curicó no es como Santiago” me repito en la cabeza, y lo escucho de mi familia, es una frase que si bien sirve como un alivio para nuestros papás, ellos siguen alertas a todo. Aunque ellos intenten aferrarse a su normalidad, la tele y la radio están encendidas. Las conversaciones de lo que está pasando en la capital están en boca de todos los curicanos y los recuerdos de la dictadura vienen con ello. 

Después de conversar con un grupo de amigas, nos dirigimos a la convocatoria a las 5 pm en la Plaza de Armas, el recorrido era el mismo, de la Plaza hasta cortar la carretera. Llego un poco atrasada y me bajo del colectivo para juntarme con la marcha. Veo muchas caras, muchas pancartas levantadas y las voces que gritan los canticos repartidos. El que más se repite es “Chile despertó” y “el pueblo unido, jamás será vencido”. Veo como hay familias, estudiantes, y personas de tercera edad marchando. Quiero sonreír un poco, porque nunca había visto una movilización tan masiva en la ciudad. Nunca. Mientras nos acercamos a la Alameda de la ciudad vemos como hay gente que sale de sus casas a cacerolear, gritan con nosotros. “El que no salta es paco” se repite mucho, entre agitación y gritos, nos reímos igual, en Curicó no se veía ningún paco, ni tampoco había milicos. Nos sentíamos seguros por eso. No habían FFAA que nos pudieran reprimir, los pacos estaban “con la pera” según nosotros, ni se asomaban. Igual en Curicó nunca se veían a los pacos reprimir. O eso nos repetíamos. 

Ya llegando a la carretera 5 sur, al cruce con los Niches se ve como unos cabros se meten a una automotora, buscando algo para hacer barricadas, después de no encontrar nada se devolvieron y seguimos gritando canticos y saltando. Pasó un poco de tiempo y nos devolvimos, algunos se quedaron en la Alameda, otros como yo, nos fuimos.

De vuelta a la casa, me siento sosteniendo mi teléfono, siempre viendo lo que compartían en las redes sociales, porque la prensa encubría. Ya era tarde, mirando las historias de Instagram me topé con un video que se volvería viral. Los milicos le habían disparado a un joven en Curicó. En la carretera en donde todos nos habíamos manifestado. Al rato lo identificaron como José Miguel Uribe Antipani, de 25 años. Lo mataron. No había toque de queda, ni estado de excepción, ni estado de emergencia. Nada. Lo mataron porque estaba manifestándose en la calle, por querer soñar con construir algo mejor, por no quedarse callado. 

Que su rostro cubra el horizonte, que cubra cada pared de la ciudad, porque nunca te vamos a olvidar, al igual que a todos los que fueron callados por el E$tado $hileno. Vamos a seguir luchando por ustedes.

   





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