Los pacos matan gente


Magdalena Claude.



Martes 30 de octubre, íbamos camino en metro a nuestro punto de encuentro en la superficie de la estación Salvador, por altoparlante informan que el Metro no se detiene entre las estaciones Baquedano y Los Héroes. Llegamos con una bandera del orgullo gay y ahí nos esperaba un compañero con una cacerola, emprendemos caminata en dirección hacia Plaza Italia y vemos cómo las personas iban y venían.

Fue bastante difícil llegar, desde lejos se veía como fuerzas de orden lanzaban lacrimógenas hacia la masa de manifestantes, el ambiente estaba denso y la represión fuerte. Entretanto, el comercio ambulante se toma Nueva Providencia con bebestibles, banderas, pañoletas y otros artículos propios para las manifestaciones. Sin embargo, el agua con bicarbonato y los limones se reparten entre la ciudadanía movilizada de forma gratuita para quien necesite.  
Decidimos quedarnos en Parque Balmaceda, mucha gente estaba ahí sentada pasando tranquilamente la tarde con música, cacerolas, cerveza y alegres carteles. Muy distinto a lo que se divisaba desde lejos en Plaza Italia, una verdadera trinchera. De un momento a otro el aire se tornó irrespirable, así que todos empezaron a dispersarse por el parque hacia el oriente. En una actitud de resignación de los manifestantes al no poder seguir reunidos pacíficamente en el espacio público comienzan a abandonar el parque. 
Sin embargo, al mirar en dirección a Plaza Italia se veían las bombas de lacrimógenas caer sobre los valientes que no abandonan el Monumento al General Baquedano.  Ya en las cercanías de la estación del metro Salvador, vemos a un sujeto encapuchado que hacía piruetas con su skate y unas botellas de vidrio frente a un piquete de aproximadamente veinte carabineros ubicados en la esquina de Eliodoro Yáñez con Nueva Providencia. 
Lo cual llamó profundamente la atención de varios manifestantes que se detuvieron a observar y fotografiar. En la calzada un consiga dice “los pacos matan gente”, el encapuchado sigue haciendo estas piruetas cerca de la consigna y cada vez se acerca más al piquete de carabineros. La calle está cercada por vehículos policiales y el piquete luce muy desafiante sus armas con las que apuntan de vez en cuando. El muchacho estoico, los sigue desafiando. 
Mientras más se acerca, más inquieta a carabineros que de improviso recibe por la espalda unas bombas de humo y ahí comienzan a disparar hacia cualquier parte, quienes observábamos desde lejos recibimos lacrimógenas a menos de 5 metros. Todos, incluidos niños con sus padres corren hacia cualquier dirección.  Gritos como “pacos culiaos asesinos”  se escuchan entremedio de los disparos mientras corríamos para protegernos y ellos lanzaban balines de lacrimógenas a la gente que no hacía nada más que observar.
 Insólito, este encapuchado en un acto simbólico y organizado solo estaba distrayendo al piquete de carabineros para que quienes tienen las armas recibieran un poco de su propia medicina. Y así responden,  disparando sus lacrimógenas a tontas y a locas, al aire y a quienes solo observaban incluyendo familias y niños pequeños. Así, cobró tanto sentido esta situación que sucedió en menos de 15 minutos frente a una consigna que dice “los pacos matan gente”. 



Fotos por Magdalena Claude


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